Reciclado integral y medio ambiente

La economía circular, en sentido estricto, significa mantener los mismos recursos dentro de un circuito cerrado evitando así la extracción de nuevas materias primas vírgenes y el consiguiente agotamiento de recursos naturales. Se trata de pasar de una economía lineal, a una circular.

Contenedor de reciclado

Si existe un material que pueda considerarse un ejemplo de reciclabilidad, es el vidrio. Una vez utilizado, el vidrio puede volver a formar parte de un nuevo envase sin perder ninguna de sus propiedades originales. El vidrio es por lo tanto uno de los pocos materiales que pueden operar de forma indefinida en un sistema de circuito cerrado. Todo ello es posible gracias a las propiedades de este material y a un sistema de recogida de envases consolidado, que cuenta con el compromiso de consumidores y empresas. Para hacer posible el cierre del ciclo, la industria del vidrio es uno de los eslabones clave en todo el proceso.

Las empresas integradas en ANFEVI realizan constantemente inversiones en nuevas tecnologías, más limpias y eficientes. Se trata de un sector convencido de que estas innovaciones en los procesos harán factible que la economía circular contribuya a un modelo de crecimiento económico más sostenible.

El vidrio cumple plenamente con los principios de la economía circular, ya que en este caso, el material se recicla en el mismo sistema de producción sin que el material sufra un cambio de sus propiedades químicas o físicas. Es decir, no pierde ni cantidad ni calidad en el proceso, y así, de un envase reciclado nace otro envase, igual de reciclable que el original. Y los hornos vidrieros están preparados para introducir todo el vidrio que los ciudadanos y hosteleros introduzcan en los contenedores verdes.

Gracias al reciclado de una tonelada de vidrio, se ahorra 1,2 toneladas de materias primas vírgenes, así como un 30% de energía y se evita la emisión de 670 kg de CO2.

Fuente: FEVE y ECOVIDRIO.